Desde el 2023 en los municipios de más de 50.000 habitantes tendrán que aplicar un mecanismo llamado ZBE, que limitará la circulación de algunos vehículos en los centros urbanos.
En España existen dos modelos:
- El de Barcelona, donde la ZBE, que se extiende a casi toda la ciudad y urbes cercanas, restringe el acceso a los coches sin etiqueta según la clasificación de la Dirección General de Tráfico (los de gasolina matriculados antes de 2000 y los diésel anteriores a 2006) entre las 07.00 y las 20.00 horas durante los días laborables.
- En Madrid, en cambio, la zona ocupa mucho menos espacio, pero incorpora más limitaciones: solo permite entrar en el centro de la capital a los residentes y a los vehículos que cuenten con etiqueta Eco (híbridos en general) o Cero (eléctricos o híbridos con una autonomía de más de 40 kilómetros).
La ley de cambio climático y transición energética, aprobada por el Congreso de los Diputados impone este tipo de medida a un mínimo de 149 localidades, en las que vive alrededor del 50% de la población española.
Las indicaciones que emitió el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) tampoco determinan una extensión mínima para estas áreas, que será a discreción de cada municipio. Igualmente este documento afirma que la extensión debe ser “significativa y suficiente para el cumplimiento de los objetivos”. Tampoco se nombran los tipos de vehículos que estarán restringidos.
Además, el anteproyecto de ley de movilidad sostenible, aprobado por el Consejo de Ministros contempla la posibilidad, sin ninguna obligación, de que los ayuntamientos cobren una tasa a los vehículos que entren en las zonas de bajas emisiones. Esto ya se aplica en ciudades como Estocolmo, Oslo, Londres y Roma.
El Ayuntamiento de Málaga está organizándose para crear esta Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en los plazos marcados por la nueva normativa estatal. Gracias al Plan del Clima (Alicia) impulsado por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) en 2020 y al proyecto Málaga Saludable ya empezaron las primeras fases de la medida.
En esta zona de bajas emisiones se verá limitada la circulación de los vehículos, sobre todo, los más contaminantes. Estos se reconocerán a través de un sistema inteligente de detección de matrícula que controlará el acceso del tráfico por medio de 97 puntos ubicados en el centro de la ciudad.
Se creará así un Área Central de Bajas Emisiones con una extensión de alrededor de 400 hectáreas, determinada a partir de la delimitación propuesta en su momento por el Plan del Clima (Alicia) y la que se detalla en el Plan Especial de Movilidad Sostenible (PEMUS) del Área de Movilidad.
¿Cuáles objetivos se quieren lograr?
- Conseguir una mejora de la calidad del aire y del ruido mediante la reducción del tráfico
- Incrementar la digitalización de la movilidad urbana
- Disminuir el porcentaje de viajes con vehículos motorizados
- Favorecer la circulación de vehículos no contaminantes
Según un artículo de La Opinión de Málaga, los datos suponen que en la zona de bajas emisiones haya una reducción del 20% en el tráfico rodado y del 25% en el caso del ruido. En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, se prevé la reducción de un 60% de emisiones de dióxido de carbono, un 88% el monóxido de carbono y un 96,4% las partículas PM10.
La medida prevé unas excepciones que facilitarán el acceso al centro de Málaga a los residentes. Además se podrán autorizar accesos puntuales o temporales mediante la entrega de la documentación que se determine o mediante pago online.